Entre todos los propósitos de año nuevo de ultimovoltio se encuentra mantener este blog. A ver cuánto dura el subidón de efecto gaseosa. Al menos debemos celebrar el cambio de década, ¿o eso fue hace un año?. El caso es que una nueva década siempre se ha tenido muy en cuenta al hablar de música: que si el Rock and Roll de los 50, la explosión de los 60, el apogeo y crisis de los 70, los tecnológicos 80, la electrónica de los 90, la diversificación del nuevo siglo…todo ello salpicado de un buen número de revivals cada cierto tiempo. El libro “La Era Rock (1953-2003)”, de Jordi Sierra i Fabra, es un estupendo repaso de la evolución de la música moderna en ese periodo.
En los últimos diez años el acceso a la información proporcionado por la red nos ha cambiado a todos de forma vertiginosa. Con la música, siempre reflejo de los cambios sociales, ha ocurrido lo mismo. En ultimovoltio, en contra de lo que muchos sostienen, pensamos que la música está más viva que nunca y que, si bien se ha cerrado un ciclo irrepetible de cierto esplendor, a partir de ahora existe la posibilidad de que por fin la música de masas sea buena música, o dicho de otra forma, que la verdadera música sea mayoritaria. Quizás esto no ocurra, ¿¡y a quién le importa!?, pero desde luego nunca había sido tan fácil elegir por uno mismo lo que se quiere escuchar. Desde luego oferta hay muchísima y de todo tipo.
La posibilidad de llevar en el bolsillo miles de discos de forma gratuita ha terminado de hundir la industria discográfica, que por otra parte ya llevaba bastante tiempo en crisis. Desconocemos la repercusión exacta que esto ha tenido en los músicos profesionales, y suponemos que a los señores de las discográficas no les habrá sentado muy bien, en principio. Sin embargo, a los amantes de la música nos ha facilitado bastante las cosas. Como con casi todo en los últimos tiempos, lo que hay que hacer es saber discriminar. Todo está al alcance de la mano, aunque el tiempo es finito, el de cada uno, decimos.
En cualquier caso la raíz de la música no está en el ipod, ni en spotify, ni otra vez en el vinilo, ni en youtube. La música, y los músicos, tanto profesionales como aficionados, está en el escenario, en la calle, en una reunión de amigos, etc, donde estaba hace un siglo y mucho antes. Y los señores de las discográficas ya encontrarán la manera de hacer su agosto, vendiendo cervezas, teléfonos móviles o lo que sea: vendiendo. Pero eso aquí no nos interesa.
En ultimovoltio seguiremos disfrutando concierto a concierto.
Bueno, me alegro de que te hayas animado a seguir
ResponderEliminar¡A ver lo que nos duran las buenas intenciones!
Y tras esta reflexión existencial post-navideña: ¡ponte a trabajar y recomienda algo al personal hombre! :)
Pues sí, tienes razón, menos cháchara...
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